La Subcomisión del Congreso de los Diputados sobre cannabis medicinal ha aprobado este martes un informe final para regular el uso terapéutico del cannabis. La propuesta ha contado con el apoyo del PSOE, Unidas Podemos, Ciudadanos, PNV y PDECAT, y las abstenciones de ERC y Bildu, que reclamaban un texto más ambicioso (regulación integral del cannabis), y el voto en contra del PP y Vox.
No cabe duda que con esta noticia, la utilización del cannabis en el ámbito sanitario está más cerca, ya que el Ministerio de Sanidad se comprometió a aceptar las conclusiones parlamentarias. La próxima semana, la Comisión de Sanidad y el Pleno del Congreso debatirán el informe y después, la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), dispondrá de seis meses para cerrar la regulación de su uso.
En la subcomisión han participado numerosos expertos en la materia, para establecer las bases sobre la utilización del cannabis con fines medicinales. Tras una intensa negociación, el PSOE ha accedido a algunos de los puntos que reclamaba Unidas Podemos. El principal, la posibilidad de que los enfermos oncológicos también puedan recibir este tratamiento.
También tendrán acceso los pacientes con esclerosis múltiple, de algunos tipos de epilepsia, y las personas que sufran náuseas y vómitos derivados de la quimioterapia, endometriosis, dolor oncológico y dolor crónico no oncológico (incluido el dolor neuropático) podrán utilizar extractos o preparados estandarizados de cannabis (aceites, inhalados o farmacológicos), que también estarán disponibles para otras indicaciones terapéuticas si lo avalan los estudios médicos.
El documento redactado, deja claro que las fórmulas magistrales de cannabis únicamente las podrán prescribir los médicos, tanto de sanidad pública como privada, y recomienda que se dispensen en «la red de farmacias del sistema de salud», es decir, las de los hospitales y de los centros de salud, aunque abre la puerta a que, sí están preparadas, las farmacias «comunitarias» (las de la calle) también lo puedan vender, una reclamación que había puesto sobre la mesa Unidas Podemos. Además, los tratamientos con cannabis medicinal deben tener una duración determinada y debe establecerse un registro de los pacientes que utilizan esta terapia.
La comisión también han incluido el uso de las flores de cannabis (también conocidas como cogollos) para desarrollar proyectos experimentales medicinales, una reclamación de los pacientes, ya que este modo de utilizar el cannabis por inhalación “modo de rescate” proporciona efectos más rápidos en los usuarios que la vía oral.
Pese a que esta regularización del cannabis medicinal supone un avance importante, tanto expertos en la materia, como Asociaciones, no lo consideran suficiente, como es el caso de Carola Pérez, presidenta del Observatorio Español del Cannabis Medicinal (OECM).
Carola Pérez, hablaba en primera persona de cómo afecta el sufrimiento de enfermos crónicos como es su caso:
«Me rompí el coxis cuando me caí de una patineta cuando tenía 13 años. Los médicos tuvieron que quitármelo cuando tenía 18 y me pusieron unos neuroestimuladores de la médula espinal porque ella sufría de un dolor neuropático severo. Era tan doloroso que te suicidarías». todos los días. Después de sufrir sobredosis de benzodiazepinas y opiáceos, el cannabis entró en mi vida en el mejor momento posible. Empecé a comprar cannabis en la calle. Sucesivamente fui a clubes sociales de cannabis, pero hoy en día cultivo plantas de cannabis en casa. Había aprendido cómo hacer aceites y tópicos por mi cuenta», dijo.
Para Carola, el proyecto de ley de cannabis medicinal no ayudará a los pacientes.
«Los hospitales públicos no tienen médicos adecuados para tratar a los pacientes con medicamentos de cannabis medicinal. Sería una solución sin sentido. Sería aún más difícil para los pacientes pasar por este proceso burocrático, obligándolos a ir a clubes sociales de cannabis o comprar cannabis del mercado ilegal», dijo.